La fertilidad en la uva de mesa es un factor crítico para asegurar una producción óptima en un entorno cada vez más desafiante. Según el asesor internacional Dr. Breno Lacourt, es fundamental adaptar las prácticas agrícolas a las condiciones climáticas de cada año para mantener la fertilidad y productividad de los parrones, especialmente frente a los fenómenos climáticos adversos que afectan el cultivo.
El año 2023 fue testigo de temperaturas extremadamente altas que causaron un gran estrés en las plantas y afectáron la fertilidad de las yemas, lo que llevó a importantes reducciones en la producción de uva de mesa. Para enfrentar estos desafíos, el Dr. Lacourt recomienda el uso de productos antiestresantes que ayuden a las plantas a recuperarse del impacto de las altas temperaturas, especialmente durante la poda de formación. Estos ajustes son esenciales para mejorar la fertilidad en la uva de mesa en un clima impredecible.
La falta de luminosidad es otro factor crucial que afecta la fertilidad en la uva de mesa. Lacourt destaca que la luz solar es esencial para la formación de racimos y la producción de frutas. Sin una cantidad adecuada de luz, las plantas no pueden realizar la fotosíntesis de manera eficiente, lo que resulta en una menor fertilidad y producción. En particular, las variedades como Sweet Globe y Arra 15, que requieren un raleo intensivo, se ven especialmente afectadas por la falta de luminosidad. Este déficit puede llevar a un sobrerraleo, donde los parrones superan el punto ideal de raleo, afectando negativamente la producción.
El estrés abiótico, causado por factores como el exceso de radiación solar y la falta de agua, junto con el estrés biótico, relacionado con enfermedades como el mildiu, puede tener un impacto devastador en la fertilidad en la uva de mesa. Las especies reactivas de oxígeno (ROS) juegan un papel importante en la fisiología de las plantas, pero un exceso de estas moléculas puede causar un daño significativo. Para mitigar este riesgo, es vital utilizar herramientas como la glicina betaína y la prolina, que ayudan a re-equilibrar las células de las plantas y mejorar su capacidad para resistir el estrés.
Las intensas lluvias también representan un gran desafío para la fertilidad en la uva de mesa, especialmente debido a la aparición de hongos oportunistas y la anoxia de raíces. Cuando las raíces se ven privadas de oxígeno, se produce una condición conocida como anoxia, que puede llevar a la pérdida significativa de cultivos. Para prevenir este problema, es crucial mantener una cabellera radicular bien formada y aplicar prácticas como la descompactación del suelo para mejorar la aireación y el drenaje.
El clima juega un papel fundamental en la fertilidad en la uva de mesa. El Dr. Lacourt señala que cada evento climático, como El Niño, puede afectar de manera diferente la producción de uvas. Las lluvias intensas y las altas temperaturas pueden alterar los niveles de nitrógeno en las hojas y provocar problemas como el sobrerraleo. Por esta razón, es esencial realizar análisis foliares tempranos y ajustar las prácticas agrícolas según las condiciones climáticas específicas de cada año.
Mantener la fertilidad en la uva de mesa requiere una gestión cuidadosa y adaptativa de las prácticas agrícolas. Desde el manejo del estrés abiótico y biótico hasta el ajuste de las prácticas según las condiciones climáticas, cada detalle cuenta para asegurar una producción exitosa. Con la implementación de las estrategias adecuadas, es posible superar los desafíos climáticos y mantener la productividad y fertilidad de los parrones.
Fuente: Redagricola