La industria de la uva de mesa peruana ha enfrentado numerosos desafíos durante las últimas dos campañas de exportación, desde agosto de 2022 hasta febrero de 2024. A pesar de las dificultades, esta industria ha demostrado una notable capacidad de adaptación y resistencia.
Desde el fenómeno de La Niña en 2022 hasta El Niño Costero en 2023, los productores de uva de mesa peruana han tenido que lidiar con condiciones climáticas extremas que han afectado la producción y exportación. Estos eventos no solo han dificultado el cultivo, sino que también han impactado la infraestructura y la logística necesarias para exportar eficientemente.
La inestabilidad política, marcada por el golpe de estado en 2022 y la inestabilidad de las autoridades, ha creado un ambiente de incertidumbre. Los paros de transportistas y bloqueos de carreteras han agravado aún más la situación, poniendo en jaque la operatividad logística del país en momentos cruciales de la temporada de exportación de uva de mesa peruana.
En las semanas pico de la temporada de exportación, la capacidad logística del Perú ha sido puesta a prueba. La infraestructura portuaria y logística a menudo no ha estado a la altura de las demandas, lo que ha generado retos significativos para manejar los volúmenes de producción y exportación de uva de mesa peruana. Estos desafíos subrayan la necesidad de mejoras continuas en la infraestructura para sostener el crecimiento de la industria.
A pesar de estos obstáculos, la industria de la uva de mesa peruana ha logrado exportar más de 71,4 millones de cajas de 8.2 kg durante la temporada 2022-2023, generando ingresos superiores a los 1.500 millones de dólares y creando más de 100.000 empleos formales y directos en ocho regiones productoras. Estas cifras destacan la importancia de la uva de mesa para la economía peruana y su papel en el mercado global de frutas.
Sin embargo, para la temporada 2023-2024, se proyecta una caída en el volumen exportado de más del 10%. A pesar de esta disminución, la industria confía en su capacidad para recuperarse y retomar la senda del crecimiento en las próximas temporadas.
Regresar a la senda del crecimiento implica también prepararse para nuevos desafíos. Uno de los principales retos es asegurar que el mercado global esté preparado para una mayor oferta de uva de mesa peruana. La reciente disminución en la oferta mundial, debido a las condiciones climáticas, ha mantenido los precios estables. Sin embargo, en ausencia de estos factores, el aumento de la oferta podría no estar acompañado por un incremento equivalente en la demanda, afectando negativamente los precios y la sostenibilidad de la industria.
Trabajar para aumentar la demanda mundial de uva de mesa es un desafío crucial. Este esfuerzo debe ser coordinado con otros países productores y consumidores importantes. La colaboración internacional es esencial para mantener y expandir el mercado, asegurando así la sostenibilidad a largo plazo de la industria.
A pesar de las proyecciones de una disminución en la temporada actual, la industria está bien posicionada para recuperarse y crecer. Sin embargo, este crecimiento debe ser respaldado por esfuerzos concertados para aumentar la demanda global y mejorar la infraestructura logística. Solo así se podrá asegurar que la uva de mesa peruana continúe siendo una parte vital de la economía peruana y del mercado global de frutas.
Fuente: Agraria.pe / Red Agrícola