El uso de bioestimulantes en el cultivo de arándano se ha convertido en una herramienta esencial para enfrentar los desafíos que impone el estrés abiótico. Con la creciente incidencia de condiciones y fenómenos climáticos adversos –salinidad, sequías, temperaturas extremas–, estos bioestimulantes ofrecen una vía para mejorar la resiliencia en los cultivos, incrementando la productividad y asegurando la calidad del fruto.
El cultivo de arándano en el Perú ha mostrado un notable auge en los últimos años, impulsado en parte por el uso de tecnologías modernas y prácticas innovadoras. Con exportaciones que superaron los US$2,000 millones en 2024 y una expansión proyectada a 25,000 hectáreas para 2027, el arándano se posiciona como un motor de crecimiento en el sector agroexportador. Regiones como Ica han comenzado a apostar decididamente por este cultivo, diversificando la oferta tradicional y apostando por sistemas hidropónicos y mejoras técnicas. El éxito de esta expansión también depende del manejo adecuado del estrés abiótico, donde el uso de bioestimulantes resulta indispensable. Al integrarse en los programas de manejo agronómico, estos productos permiten optimizar la productividad y mitigar los efectos adversos del suelo y del clima, garantizando una mayor estabilidad en la producción.
El estrés de origen abiótico afecta gravemente la productividad y supervivencia de los cultivos, y en el caso de los arándanos, se traduce en estrés oxidativo. Cuando las plantas se exponen a condiciones desfavorables, como la sequía o la alta salinidad, se genera una acumulación de especies reactivas de oxígeno (ROS), que dañan las membranas celulares, proteínas y ADN. Este fenómeno reduce el crecimiento, el desarrollo y el rendimiento, afectando más del 95 % de la superficie agrícola a nivel mundial. Aquí es donde los bioestimulantes en el cultivo de arándano juegan un papel crucial, ya que ayudan a mitigar este daño oxidativo y a fortalecer las defensas naturales de la planta.
Los bioestimulantes en el cultivo de arándano son formulaciones que incluyen, en su mayoría, aminoácidos, extractos de algas y otros compuestos naturales. Estos productos actúan regulando el crecimiento, promoviendo la división celular y facilitando la absorción de nutrientes. Además, ayudan a mejorar la estructura de la planta, incrementan el desarrollo radicular y favorecen la formación de yemas florales, lo que se traduce en frutos más uniformes y de mayor calidad. En situaciones de estrés, como las generadas por la sequía o temperaturas extremas, estos bioestimulantes permiten que la planta mantenga una actividad fotosintética óptima, reduciendo la producción de ROS y evitando daños celulares. Esta protección fisiológica es vital para garantizar que, a pesar de las condiciones ambientales adversas, el cultivo de arándanos continúe desarrollándose de manera saludable.
Uno de los bioestimulantes para el cultivo de arándano más efectivo contra el estrés abiótico es Terra-Sorb Foliar. Este producto se destaca por mejorar la eficiencia de los procesos metabólicos en las plantas, optimizando la fotosíntesis y la asimilación de nutrientes en condiciones de estrés, como la sequía o temperaturas extremas. Al estimular la actividad fotosintética, ayuda a mitigar los efectos adversos de las condiciones ambientales, manteniendo el crecimiento y mejorando la calidad general del cultivo. Si deseas conocer más ventajas del uso de Terra-Sorb Foliar puedes acceder aquí
Otro bioestimulante esencial es Maxbio Algae, que actúa específicamente contra el estrés oxidativo generado por factores abióticos. Gracias a su fórmula a base de algas marinas y componentes naturales, Maxbio Algae refuerza las defensas antioxidantes de las plantas, reduciendo la formación de ROS y protegiendo las estructuras celulares. Este producto es especialmente útil en situaciones de alta radiación UV o temperaturas extremas, contribuyendo a la integridad celular y reduciendo los daños ocasionados por el estrés oxidativo. Obtén más información sobre los beneficios de MaxBio Algae acá
A pesar de los avances, el cultivo de arándano enfrenta desafíos importantes, como la escasez de agua, la alta salinidad en algunas regiones y la necesidad de mano de obra especializada. La aplicación de bioestimulantes en el cultivo de arándano, como Terra-Sorb Foliar y Maxbio Algae, se presenta como una estrategia innovadora para superar estos obstáculos, mejorando no solo la calidad del fruto sino también la resiliencia de las plantas frente a eventos climáticos extremos.
Fuente: Redagricola
